domingo, 16 de mayo de 2010

Indudable necesidad.

En un mundo donde hay poco espacio para las emociones y poco tiempo para preocuparnos de nosotros mismos es preciso que hagamos de la música nuestra socia cotidiana lo más pronto posible. Tanto por su naturaleza expresiva, como por la influencia que puede tener en el desarrollo de nuestro cerebro y en nuestro estado de ánimo, la música es sin duda una de las mejores formas de aprovechar al máximo el poco tiempo que tenemos.
He sido testigo, como muchos, del cambio que una vida “musicalmente activa” puede significar en nuestra rutina diaria y creo que, si todos nosotros hiciéramos de la música un elemento indispensable en nuestra vida y reconociéramos la importancia de los cambios que puede lograr en nosotros, seríamos incapaces de volver a los días en que nuestro entorno acústico era nada más que un conjunto de ruidos desordenados, en lugar de un mundo de melodías armónicas.

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