domingo, 16 de mayo de 2010

Música e intelecto.

Sabemos ya que nuestro organismo responde a los estímulos de ciertas ondas sonoras, pero ahora me referiré a los efectos que la música puede tener en nuestro desarrollo intelectual, los cuales no son menores.
A través de varios estudios científicos, se ha llegado a la conclusión de que los estímulos acústicos adecuados son incluso capaces de aumentar temporalmente el coeficiente intelectual de la persona expuesta ellos, lo cual es conocido como “efecto Mozart”.
Además, cuando la participación musical es activa, es decir, cuando se aprende a tocar algún instrumento musical, los efectos positivos de la música en capacidades cognitivas de una persona se hacen permanentes, pues el hecho de aprender sobre los aspectos técnicos de la música implica una serie de actividades neurológicas simultáneas que ejercitan nuestro cerebro.
Diariamente nuestra rutina nos impone requerimientos, ya sea en el trabajo, en la universidad, en el colegio, etcétera, que pueden fácilmente dejarnos exhaustos al terminar la jornada, lo cual hace absolutamente necesario que tengamos un cerebro lo más activo posible y una buen forma, si no la mejor, de ejercitar nuestra mente y, al mismo tiempo, descansar es escuchar música adecuada para ello.
En un mundo en que el tiempo es tan escaso, no podría haber mejor forma de aprovecharlo que esta.


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¿Qué tan fecuentemente eschuchas música de tu agrado?